El Münsterlander tiene sus orígenes más antiguos en el Epagneul francés, ya conocido en el Medioevo, y no debe excluirse tampoco que haya habido un aporte de esta raza, en épocas más recientes, con la cual tiene características comunes. La tierra de origen es la región de la ciudad de Münster, en Alemania, de la cual toma su nombre. En una época estaba ampliamente difundido entre los cazadores regionales que, con frecuencia, eran pastores y que, por tanto, utilizaban a este perro tanto para la caza de animales pequeños como en jauría para otros de mayor tamaño e incluso como guardián de los rebaños. Su notoriedad siguió disminuyendo todavía por el pasar de los años y a finales del siglo XIX ya había desaparecido casi por completo. Fue un cierto Löns, apasionado criador de esta raza, quien se esforzó por mantenerla viva. Actualmente está bastante extendida en Alemania.